Una de las grandes leyendas del deporte alicantino, David Ferrer, vive una nueva etapa. El javiense acaba de pasar su primer verano de vacaciones tras casi dos décadas, desde su llegada al circuito profesional en el año 2000, en la élite del tenis mundial. Una carrera plagada de éxitos y de entrega que ahora ya forma parte de una vida pasada
David Ferrer tiene en su haber un reconocimiento muy particular. Es, de toda la historia del tenis, el jugador con más victorias en Grand Slam… que nunca ha ganado un Grand Slam. Seguramente ésta sea la única cuenta pendiente en su carrera deportiva, pero el dato da la dimensión de lo que ha sido su trayectoria en el tenis: un largo periplo lleno de victorias y de rivales derrotados. Aunque no pudiese sacarse la espina de ganar uno de los cuatro grandes torneos.
Su servicio al tenis alicantino, español y mundial ha sido indiscutible. Leyenda en la Copa Davis, que ha levantado en tres ocasiones con España, triunfal guerrero sobre la tierra batida, las pistas rápidas y la hierba, en las que suma 27 títulos ATP -más otros dos en dobles-, y habitual entre las más altas posiciones del ranking mundial (en el que llegó a ser tercer clasificado en 2013), el alicantino afronta su nueva etapa centrado en la formación de nuevos talentos tenísticos en la tierra que le vio nacer.
El cambio profesional ha llegado en paralelo al personal. Su reciente paternidad ha coincidido con su retirada del tenis profesional en activo, que el alicantino certificó en el Masters 1000 de Madrid, celebrado durante el mes de mayo, en un emotivo último partido ante el alemán Zverev.
A partir de ahí, una nueva vida basada en motivaciones principales: su vida privada, encarnada en el papel de padre, marido y amigo; la academia, en la que podrá tener mayor protagonismo; y los torneos Senior, como el que disputará el próximo fin de semana en Marbella junto a otros ilustres de la raqueta como Tommy Haas, Feliciano López o Tommy Robredo.
Fotografía de Yann Caradec
Academia Ferrer, el gran proyecto
Aunque por su localización -Jávea- y nomenclatura –Academia Tenis Ferrer– pueda relacionarse directamente con David, lo cierto es que este centro tenístico de referencia fue promovido por Javier Ferrer, su hermano, en el año 2010.
Ahora, con la perspectiva de una exitosa carrera recién terminada y con el tiempo libre que queda sin tener que participar en torneos cada semana, David Ferrer ayuda a forjar un futuro en el mundo del tenis a tenistas de edades tempranas que buscan su propio hueco.
Más allá de todo lo que tiene que ver con la raqueta, tanto a nivel activo como formativo, la vida se abre paso. Su familia, su Jávea, sus amistades y sus aficiones paralelas llaman a la puerta tras años compitiendo por robarle algo de protagonismo al tenis.
Pasiones como el esquí, el yoga, los viajes (sin tener que bajar del avión corriendo para ir a entrenar), la comunicación (en alguna ocasión ha afirmado que le gustaría ser comentarista), la enseñanza… Un listado lo suficientemente extenso como para que, por muchas competiciones que deje de jugar, le dé para no aburrirse.
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