El mundo es ya poco menos que una vasta colección de ubicaciones en las que etiquetar las fotos que se publican en Instagram. Los viajes se planifican buscando puntos para fotografiar, las cuentas se han convertido en la fuente de información cuando se elige destino y la pantalla del móvil es más que suficiente para descubrir los más recónditos rincones. En la provincia de Alicante se encuentra uno de los spots favoritos, una auténtica Meca de instagramers y todo un fenómeno singular de la naturaleza: la laguna rosa de Torrevieja.
Aunque no se trata de un lugar único en el mundo, pues pueden encontrarse localizaciones similares en diferentes puntos -como en México, Australia, Canadá o Azerbaiyán-, la laguna rosa de Torrevieja destaca por el curioso color de sus aguas. Unas aguas con un color rosa -sorprendentemente, natural- que embelesan a quienes lo descubren, aguardando visitantes en medio de la comarca de la Vega Baja con un paisaje difícil de encontrar.
Pero, de entre todas las fotos y respuestas que pueden verse en las decenas de miles de publicaciones que Instagram alberga bajo las diferentes variedades de hashtags de la laguna rosa de Torrevieja, una pregunta se repite por encima de cualquier consideración: ¿Están editadas las fotos? ¿De verdad existe una laguna en la que el agua puede tener ese intenso color rosa de manera natural?
No, las fotos no están editadas. O, al menos, no de forma que el agua parezca lo que no es. Y sí: el agua es así de rosa y no hay ninguna alteración fuera de lo normal. La respuesta está en la propia naturaleza y en su química. La laguna rosa de Torrevieja, al igual que esos pocos privilegiados lugares a lo largo y ancho del mundo que presentan imágenes similares, guarda en la composición de sus aguas el gran secreto de su magia cromática.
La nueva biblia digital
Las más de 1.400 hectáreas de agua rosa son parte del Parque Natural de las Lagunas de la Mata y Torrevieja y en ellas, de forma natural, una bacteria presente en el ecosistema de las salinas libera un pigmento rosáceo con una altísima concentración de sal, similar a la del famoso Mar Muerto. Es decir: el agua de la laguna rosa de Torrevieja es salada, muy salada, y rosa, muy rosa. Una peculiaridad biológica sin apenas parangón y que otorga a la provincia de Alicante la titularidad de uno de los paisajes más curiosos de Europa.
Y, por supuesto, lo que hasta no hace muchos años era poco más que una curiosidad para la gente local, ahora se ha convertido gracias a internet y las redes sociales en un imán para los amantes de los paisajes diferentes. Shootings de moda, posados-robados para Instagram, sesiones fotográficas para bodas, escapadas románticas y paseos familiares son ahora el día a día de este teatro natural con un telón rosa chicle, al que quien todavía no ha ido está deseando llegar y del que quien ya lo conoce ha dado un fiel testigo en Instagram, la nueva biblia digital.
