Mucha gente, mucha devoción y mucha solemnidad. La procesión de la Virgen de los Desamparados y Santa Teresa puso ayer punto y final a los actos religiosos previstos con ocasión de las fiestas patronales y de Moros y Cristianos de El Campello.
Un acto multitudinariamente seguido durante todo el recorrido, y que ha contado con la presencia de autoridades locales presididas por el alcalde Juanjo Berenguer, cargos festeros, representantes de la Junta Festera de Moros y Cristianos, fuerzas civiles y militares y muchos festeros y población civil, todos ellos agradecidos por unas fiestas sin incidentes destacables.
Las llaves de El Campello retornan a las autoridades
Si tras el pregón de fiestas el alcalde, Juanjo Berenguer, hizo oficialmente entrega de las llaves el castillo y el municipio al capitán cristiano para que defendiera la plaza ante la inminente invasión mora, hoy, justo antes de finalizar las fiestas, se ha escenificado su retorno a la autoridad civil.
La devolución de las llaves al alcalde marca el principio del fin, junto con el intercambio de banderas entre bandereras para el año próximo.
Castillo de fuegos artificiales como punto final
Con el corazón partido, que se diría. El Campello dijo adiós por noche a sus fiestas patronales y de Moros y Cristianos con un castillo de fuegos artificiales lanzado por Pirotecnia Turis que puso la guinda a unos festejos que pasarán a la historia por su altísima participación popular, y por haber batido varios records, como el número de festeros (1600), el número de arcabuceros y arcabuceras (60), las embarcaciones participantes en el desembarco (14) y el número de músicos (1.500) que durante cinco días han puesto color, sabor, olor y sonido a un municipio eminentemente turístico que tiene en las fiestas uno de sus principales activos de atracción de visitantes.
Acabadas las fiestas de 2023, Junta Festera y comparsas encargadas de ostentar las capitanías el año próximo ya están dispuestas a empezar a trabajar para superarse en 2024.

